By | 10/03/2021
Gracias a un enfermo terminal, un joven consiguió un brazo ortopédico robotizado

La tecnología robótica en ciertos casos proporciona ascender barreras que la propia naturaleza ha creado. Hoy os presentamos la historia de Jacob Scrimshaw, un niño británico de cinco años que gracias a una extremidad robótica ha logrado estrechar entre sus brazos por primera vez a su hermano.

Jacob es un niño de Calderdale, en Inglaterra, que nació con una malformación en una extremidad superior. Gracias a una compañía de robótica y a la perseverancia de sus padres, Gemma Turner y Chirs Scrimshaw, actualmente puede llevar una vida como la del resto de sus conocidos.

Antes de alcanzar esta hazaña de la ciencia, sus padres se chocaron de bruces con las prohibiciones de los Institutos Nacionales de Salud, los cuales ahora no financian la instalación de prótesis y brazos robóticos.

Por ello determinaron hacer público el caso de su hijo y crear una colecta de GoFundMe. En ella consiguieron la suma de 16.000 libras, unos 19.000 euros. Según han explicado sus padres, gran parte de la suma la donó una persona desconocida con una enferma terminal.

Una vez logrado el dinero, se tuvieron que hacer frente al reto de inventar un aparato artificial fijo desde el comienzo del brazo que estuviese articulada desde el propio codo. Para ello tuvieron la ayuda de una persona experta en robótica. La prótesis desarrollada es de color verde, del mismo color que la piel de Hulk, el ídolo preferido de Jacob. Cuenta con una mano articulada y un mecanismo de agarre que le deja manipular cosas.

El proyecto ha sido todo un éxito y al joven Jacob solamente le falta empezar a disfrutar de una vida más llevadera de la “mano de la robótica”.

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